miércoles, 1 de octubre de 2025
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El caótico rodaje de World War Z y el rescate de Brad Pitt

El caótico rodaje de "World War Z" en 2011, protagonizado por Brad Pitt, estuvo marcado por conflictos en la adaptación del guion, problemas financieros y desorganización, lo que llevó al actor a convertirse en el salvador del proyecto al involucrarse íntimamente en su producción, resultando en un éxito inesperado con más de 540 millones de dólares recaudados a nivel mundial, aunque la secuela fue finalmente cancelada.

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El caótico rodaje de World War Z y el rescate de Brad Pitt
Imagen extraída de un frame de la pelílcula World War Z distribuido por Paramount Pictures

World War Z se perfilaba como una de las producciones más esperadas de su tiempo, con Brad Pitt en el papel protagónico, un best-seller internacional de base y un estudio dispuesto a realizar una gran inversión. Sin embargo, lo que prometía ser el blockbuster definitivo de películas de zombis se transformó en un caos multifacético y costoso. A continuación, se explora la alocada odisea detrás de la filmación y el papel crucial que desempeñó Pitt en la salvación del proyecto.

La contienda antes del rodaje

El conflicto por los derechos del libro de Max Brooks, que se presenta como un falso informe sobre una guerra contra zombis, fue el primer indicio de la turbulenta producción. Dos potencias de Hollywood, Plan B Productions de Brad Pitt y Appian Way de Leonardo DiCaprio, lucharon por la adaptación del best-seller. Luego de batallas de ofertas millonarias y negociaciones secretas, Pitt consiguió los derechos, presagiando lo que podría haber sido una franquicia de gran éxito. Sin embargo, la adaptación se enfrentó a un primer gran obstáculo: el libro carecía de un protagonista central y seguía una estructura no lineal, compuesta de testimonios y relatos. Para solucionar esto, se decidió crear un personaje original, un investigador de la ONU interpretado por Pitt, alterando considerablemente la esencia del relato original.

Guion abandonado y dirección desafiante

Inicialmente, el guionista J. Michael Straczynski diseñó un guion que presentaba un thriller político en tono oscuro y reflexivo. Este primer borrador fue bien recibido por los aficionados cuando se filtró en internet, y muchos lo compararon con la aclamada película "Children of Men" (2006). Sin embargo, Paramount no estaba interesada en una narrativa de autor; deseaba un espectáculo veraniego. Como resultado, el guion fue rechazado, y se contrató al director Marc Forster, conocido por su trabajo en "Quantum of Solace", que buscaba más acción y menos profundidad.

La producción comenzó en 2011 con un presupuesto de 125 millones de dólares, pero había un problema fatal: no contaban con un guion terminado. La filmación rápidamente se convirtió en un caos, con cambios de tono que se producían diariamente, desaparición de personajes y escenas que se reescribían minutos antes de ser filmadas. La desorganización era tal que, a tres semanas de iniciar el rodaje, la producción aún no había decidido cómo debían moverse los zombis.

Forster, quien estaba más habituado a proyectos de menor escala, se sintió sobrepasado por la magnitud de la producción. La presión ejercida y los constantes conflictos que surgían deterioraron su relación con Pitt, llegando al extremo de que ambos comenzaron a comunicarse a través de intermediarios.

Desastre tras desastre

Conforme avanzaba el rodaje, los problemas se materializaron en numerosos desastres financieros:

  • Millones "olvidados": En Malta, la producción no registró adecuadamente una enorme cantidad de órdenes de compra, lo que elevó el presupuesto desde el primer día.

  • Arresto en Budapest: El equipo de producción fue detenido por las autoridades húngaras al transportar 85 armas de utilería sin la documentación adecuada. Este incidente generó titulares negativos y costos adicionales, ya que el material confiscado nunca llegó a la versión final de la película.

  • El extra más caro de la historia: Durante una escena masiva, un extra se salió de su marca, chocando con la escenografía y causando un efecto dominó que arruinó la toma. La reestructuración y reparación del set costó millones de dólares, resultando en el despido inmediato del extra.

Además, tras los problemas en Budapest, se concluyó que el clímax bélico filmado estaba desconectado del resto de la película. La decisión fue drástica: descartar todo el tercer acto.

Brad Pitt se convierte en héroe del rodaje

Mientras el proyecto enfrentaba una crisis, Pitt asumió un rol mucho más proactivo que el de simple actor principal. Reconociendo el desastre en el que se había convertido la producción, se involucró en cada aspecto del trabajo: revisaba guiones por la noche, asistía a reuniones en las que no se esperaba su presencia y corregía diálogos en el set. Fue Pitt quien, de forma directa, contactó al guionista Damon Lindelof, conocido por su trabajo en "Lost", para rescatar el final de la película. Lindelof, junto a Drew Goddard, reescribieron por completo el clímax, creando una secuencia más íntima y llena de tensión en un laboratorio. Este nuevo final añadió 20 millones de dólares a un presupuesto que ya superaba los 200 millones.

Pitt se dedicó de lleno a la producción, en detrimento de su salud y tiempo con su familia; su única misión era asegurar que la película saliera adelante, sin importar el costo. Para algunos, se convirtió en el salvador de la producción; para otros, un productor que no supo delegar. Lo cierto es que, sin su intervención decisiva, World War Z probablemente no hubiera llegado a las salas de cine.

Un éxito inesperado y el adiós a la secuela

A pesar de todos los problemas y contratiempos, World War Z finalmente se estrenó en 2013 y su éxito fue rotundo, recaudando más de 540 millones de dólares a nivel global, convirtiéndose en la película de zombis más taquillera hasta aquel momento.

El plan original contemplaba una trilogía, y se anunció una secuela que sería dirigida por el renombrado David Fincher. Sin embargo, la combinación de un presupuesto extremadamente alto, cercano a los 200 millones de dólares, problemas de agenda entre Pitt y Fincher, y la estricta censura de China en cuanto a películas de zombis, terminó por acabar con dicha secuela. Así, la franquicia que había sobrevivido a uno de los rodajes más desquiciados de la historia quedó sepultada para siempre.

La historia detrás de World War Z es un recordatorio de los desafíos que pueden confrontar a una producción en Hollywood, así como de la capacidad de perseverancia de aquellos que se atreven a enfrentar el caos.

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Última actualización: hace 19 horas
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Por Redacción Liven