Por qué Chile es tan sísmico y cómo funcionan los terremotos
Chile, ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países más sísmicos del mundo, experimentando terremotos debido a la subducción de la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana, lo que genera una acumulación de tensión que se libera en forma de sismos. La preparación ante estos eventos es crucial, y aunque el país cuenta con normas de construcción sismorresistentes, es fundamental que la población esté informada y capacitada para actuar antes, durante y después de un terremoto.

La actividad sísmica es un fenómeno constante en Chile, un país que ha sido moldeado por la fuerza de la naturaleza a lo largo de su historia. Conocido por albergar el "terremoto más grande del mundo" registrado en Valdivia en 1960, con una magnitud de 9,5 MW, Chile se posiciona como uno de los territorios más activos sísmicamente en el planeta. En este artículo, se explorará por qué este fenómeno es tan común en la nación y cómo se generan los terremotos.
La causa principal: un choque de gigantes bajo nuestros pies
La ubicación geográfica de Chile es clave para entender su alta sismicidad. El país forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una extensa zona que se extiende por más de 40.000 kilómetros e incluye una gran concentración de actividad sísmica y volcanes activos.
Específicamente, Chile se encuentra en el límite donde la Placa de Nazca, una placa tectónica oceánica, colisiona y se desliza por debajo de la Placa Sudamericana, que es continental. Este proceso conocido como subducción es el principal motor detrás de los terremotos en la región.
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A nivel conceptual, se puede imaginar este fenómeno como dos enormes bloques de roca que intentan desplazarse uno contra el otro. En lugar de moverse sin problemas, se quedan atascados y acumulan una gran cantidad de energía y tensión. Cuando esta energía acumulada supera la resistencia de las rocas, se libera de forma repentina, generando las ondas sísmicas que percibimos como un terremoto. La considerable velocidad de convergencia de la Placa de Nazca con la Sudamericana contribuye a que esta región sea un lugar propenso a generar terremotos de gran magnitud.
¿Cómo se "fabrica" un terremoto?
En esencia, un terremoto representa una liberación de energía. El geofísico Cristián Farías detalla que para que se produzca un gran sismo, es necesario que la energía se acumule en una amplia área de contacto entre las placas.
Bloqueo y Acumulación: Las placas de Nazca y Sudamericana se bloquean a lo largo de una amplia franja. Cuanto mayor sea esta área de bloqueo, mayor será el potencial del terremoto.
Ruptura: Cuando la acumulación de energía es excesiva, la zona bloqueada se fractura. Esta ruptura puede extenderse a lo largo de cientos o incluso miles de kilómetros. Por ejemplo, el terremoto de Valdivia de 1960 tuvo una zona de ruptura que superó los 1.000 kilómetros de largo.
Tipos de Sismos:
Interplaca: Se producen en el área de contacto entre las placas. Son los más comunes y pueden ser de gran magnitud, como el ocurrido el 27 de febrero de 2010. Las rupturas más superficiales pueden provocar desplazamientos en el fondo marino y generar tsunamis.
Intraplaca: Suceden cuando una de las placas se rompe internamente, gracias a la tensión y al peso. Aunque las zonas de ruptura son más pequeñas, liberan su energía rápidamente, lo que provoca que se sientan más intensos y puedan ser devastadores. El terremoto de Chillán en 1939 es un ejemplo clásico de este tipo.
¿Por qué hablamos de escalas? Richter vs. Mercalli
El momento en que se produce un sismo, se hace referencia a dos escalas principales, que aunque están relacionadas, miden aspectos diferentes:
Escala de Richter (y Magnitud de Momento): Mide la energía liberada en el epicentro del terremoto. Esta escala es logarítmica, lo que implica que un terremoto de magnitud 7,0 es significativamente más potente que uno de 6,0. Un sismo de magnitud 8, por ejemplo, es 32 veces más fuerte que uno de magnitud 7. La comunidad científica también utiliza la Magnitud de Momento (Mw), que proporciona una medida más precisa de la energía total liberada.
Escala de Mercalli: Evalúa la intensidad del sismo, es decir, los efectos y daños que provoca en la superficie, así como en las personas y las estructuras. Se clasifica en números romanos, que van desde el Grado I (sentido por muy pocas personas) hasta el Grado XII (destrucción total). Por lo tanto, un mismo terremoto podría tener diferentes intensidades dependiendo de la localidad.
Zonas de "espera": ¿Dónde podría ocurrir el próximo gran sismo?
La comunidad científica está en constante monitoreo de la acumulación de energía a lo largo del país. Actualmente se han identificado varias "brechas sísmicas" o áreas donde no ha habido liberación significativa de energía en un tiempo considerable. Entre las principales están:
La costa que se extiende entre Iquique y Taltal.
El sector de Atacama, entre Chañaral y Copiapó, donde el último gran evento registrado fue en 1922.
La zona que se ubica entre Los Vilos y Pichilemu. En esta última, en la costa de la Región de Valparaíso, la parte más superficial de la interacción entre placas no ha liberado energía desde 1730, acumulando tensión durante casi 300 años, lo que aumenta la probabilidad de un sismo de gran magnitud con riesgo de tsunami.
Preparados para la naturaleza
La alta frecuencia de sismos en Chile ha inspirado el desarrollo de normas de construcción sismorresistentes, que son consideradas un referente a nivel mundial. La filosofía de diseño busca garantizar que los edificios sean capaces de soportar sismos frecuentes sin sufrir daños serios. En caso de un evento sísmico severo, la estructura puede presentar daños, pero debe asegurar la protección de las vidas humanas.
Sin embargo, la preparación tanto individual como comunitaria es esencial. El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) aconseja:
Antes del sismo: Identificar zonas seguras, tener a mano un kit de emergencia y asegurar los muebles en el hogar.
Durante el sismo: Mantener la calma, protegerse bajo un objeto sólido y alejarse de ventanas.
Después del sismo: Inspeccionar los daños, optar por comunicarse mediante mensajes de texto y estar alerta a posibles réplicas.
Vivir en un país con alta actividad sísmica como Chile es un recordatorio constante del impresionante poder de la naturaleza. Comprender cómo funcionan los terremotos no solo satisface la curiosidad, sino que también permite una mejor preparación para enfrentar el próximo gran evento sísmico, que, inevitablemente, llegará.
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