Desayuno saludable: ¿Son realmente buenos los cereales?
La elección de cereales para el desayuno puede ser complicada, ya que algunos, aunque fortificados y nutritivos, contienen altos niveles de azúcar y son ultraprocesados, lo que puede afectar la energía y la salud a largo plazo; expertos sugieren optar por opciones como muesli o avena integral y leer las etiquetas para seleccionar productos con menos de cinco gramos de azúcar y más de tres gramos de fibra por porción.

El desayuno ha sido históricamente considerado como la comida más importante del día. La elección de alimentos adecuados por la mañana puede influir significativamente en nuestros niveles de energía y concentración a lo largo del día. Sin embargo, seleccionar un desayuno saludable puede convertirse en un verdadero desafío, especialmente para los padres que buscan opciones nutritivas para sus hijos. Entre las alternativas más populares se encuentran los cereales, presentados en envases coloridos que publicitan sus beneficios nutricionales. Sin embargo, algunos expertos advierten sobre su naturaleza ultraprocesada y cuestionan su contribución a una dieta equilibrada.
La naturaleza de los cereales
Los cereales son gramíneas pertenecientes a la familia de las poáceas, cultivadas específicamente por sus granos comestibles. Estos cultivos incluyen el trigo, arroz, avena, cebada y maíz. Cada grano está compuesto por tres partes principales: el salvado, rico en fibra y vitaminas del complejo B; el endospermo, que contiene almidón y proteínas; y el germen, que alberga el embrión del grano y es fuente de aceites, vitaminas y minerales.
La industrialización ha transformado la producción de cereales para el desayuno. Desde su cosecha, atraviesan un complejo proceso de refinamiento antes de ser empaquetados para su venta. Por ejemplo, las hojuelas de salvado de trigo se producen a partir de grano puro, mientras que otras, como las hojuelas de maíz, requieren triturar el grano para remover su salvado. Este grano puede ser molido hasta convertirlo en harina, que luego es mezclada con aditivos como saborizantes y fortificantes antes de dar forma a hojuelas, bolitas y otros formatos.
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Fortificación y beneficios nutricionales
Durante muchos años, los cereales se han considerado una fuente conveniente de nutrientes, especialmente para aquellos con dietas restringidas, como vegetarianos o personas mayores con problemas de absorción de nutrientes. La fortificación permite que algunos de estos productos sean una buena fuente de vitaminas y minerales esenciales.
Estudios han demostrado que muchas poblaciones mundialmente enfrentan deficiencias en nutrientes clave. Por ejemplo, investigaciones en EE.UU. indican que sin fortificación, un porcentaje alarmante de niños y adolescentes no recibiría suficientes micronutrientes, lo que podría resultar en problemas de salud en la adultez. Además, muchos cereales son ricos en fibra, un elemento crucial para mantener un sistema digestivo saludable.
Sarah Berry, profesora de nutrición en el King's College de Londres, señala que los cereales fortificados ofrecen ciertos beneficios, pero advierte sobre el alto contenido de azúcar de muchos de estos productos. La docente enfatiza la importancia de equilibrar la ingesta de vitaminas mediante el consumo de frutas, frutos secos y verduras.
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Opciones saludables vs. cereales azucarados
A pesar de los beneficios potenciales, no todos los cereales son iguales. Muchos contienen cantidades excesivas de azúcar, sal y grasas saturadas. Por ejemplo, un plato de 30 gramos de hojuelas de maíz azucaradas puede contener hasta 11 gramos de azúcar, representando el 12% de la ingesta máxima recomendada en países como el Reino Unido. En EE.UU., la referencia es de 50 gramos de azúcares agregados por día para una dieta de 2,000 calorías.
La investigación ha mostrado que un desayuno alto en azúcares puede llevar a un estado de fatiga y hambre prematura. Berry indica que quienes consumen cereales azucarados tienden a sentir menos energía y más hambre entre dos y cuatro horas después de desayunar, lo que a menudo conduce a un aumento en la ingesta calórica durante el resto del día.
Además, se ha alertado sobre el hecho de que muchos cereales para desayuno se consideran ultraprocesados, lo que implica un alto contenido de azúcares añadidos y aditivos.
El debate sobre lo procesado
Los estudios sobre la calidad de los alimentos procesados presentan resultados mixtos. Aunque algunos productos procesados, como bebidas azucaradas y carnes, están vinculados a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, otros, como panes, yogures y ciertos cereales, pueden ofrecer beneficios.
Berry destaca que la granola y el muesli, cuando tienen bajo contenido de azúcar, pueden ser opciones saludables debido a su alto contenido de fibra, grasa y proteínas, lo cual pueden proporcionar una sensación de saciedad prolongada.
La papilla de avena también se destaca como una opción nutritiva. Un metaanálisis que involucra 470,000 personas encontró que consumir avena en el desayuno disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 22%. Esto se puede atribuir a la fibra beta glucan, la cual ha demostrado reducir el colesterol LDL, conocido como "colesterol malo", asociado a enfermedades cardíacas.
Desmitificando la avena
No obstante, se debe tener precaución con ciertos productos que utilizan harina de avena procesada, ya que estos carecen de los beneficios de la avena integral. La harina se digiere rápidamente, resultando en un aumento acelerado de los niveles de azúcar en sangre. Un estudio experimental reveló que, a pesar de tener la misma composición nutricional, los copos de avena enteros provocaron un aumento menor del azúcar en sangre en comparación con la avena instantánea finamente molida.
Asimismo, los cereales elaborados con granos refinados pierden gran parte de sus beneficios nutricionales, pues eliminar las capas de salvado y germen también elimina la fibra necesaria para regular los picos glucémicos en el cuerpo.
Conclusión: Elección informada
La respuesta a la pregunta de si los cereales son buenos o malos depende ampliamente del tipo de cereal elegido. Investigaciones han demostrado que el consumo de muesli puede resultar en un riesgo menor de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
Un estudio en el Reino Unido observó que las personas que comen al menos un tazón de muesli, cereales de salvado o papilla de avena diariamente tienen un menor riesgo de mortalidad a lo largo de un seguimiento de 13 años, mientras que aquellos que optan por cereales azucarados presentan un mayor riesgo de cáncer.
La clave para disfrutar de un desayuno saludable es leer atentamente las etiquetas. Según Berry, seleccionar cereales con menos de cinco gramos de azúcar y más de tres gramos de fibra por porción es un buen comienzo. Además, expertos como ella y Riccardo Caccialanza sugieren personalizar los cereales para obtener un equilibrio adecuado de carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
Con esta información, los consumidores pueden tomar decisiones informadas sobre su desayuno, asegurando que su primera comida del día los acompañe de manera positiva en su salud y bienestar.
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